| El entusiasmo por algunas de las mayores empresas cafeteras del mundo se está desvaneciendo. Las malas cosechas, los aranceles estadounidenses y el aumento de los precios han mermado la demanda de café entre los consumidores occidentales, lo que ha provocado una ralentización de las ventas y una baja valoración en este mercado de 400.000 millones de dólares. Un cambio estratégico hacia China y otros países en desarrollo se presenta como la siguiente estrategia de crecimiento más lógica. Sin embargo, el éxito podría requerir un largo y costoso proceso. El auge del café comenzó a finales de la década de 1990 y alcanzó su punto máximo en los años previos a la pandemia. La primera ola vio a Starbucks (SBUX.O), las tiendas y otras cadenas se extienden por las principales ciudades occidentales, seguidas posteriormente por una avalancha de cafeterías especializadas. Mientras tanto, gigantes del consumo como Nestlé (NESN.S), ampliaron su oferta de café para aprovechar la creciente demanda de un producto con márgenes relativamente altos, al menos en comparación con otros productos de consumo básico.
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