A pesar de las múltiples intervenciones gubernamentales vigentes en el mercado agroindustrial y alimentario, la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, cree que no son suficientes. Las exportaciones de cereales y carne vacuna son restringidas y cuotificadas, mientras que la de lácteos están sujetas a la venta de un volumen importante de productos en el mercado interno a precios subsidiados por las propias empresas. La mayor parte de las compañías de alimentos, en tanto, están obligadas de facto a participar del programa oficial de precios máximos (“Precios Cuidados”) con una proporción de los bienes que elaboran. Y se instrumentaron diferentes fideicomisos, que no derrochan transparencia, con el supuesto propósito de contener los precios de ciertos alimentos básicos.
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