Los inversores globales esperan que Argentina sufra una gran cantidad de problemas financieros sin importar a quién elijan los votantes el domingo como su próximo presidente, con el malestar social como principal preocupación, ya que un muy necesario ajuste fiscal probablemente desencadenará aún más inflación. El candidato ganador, que asumiría el cargo el 10 de diciembre, necesitaría arreglar una economía con una inflación del 143%, una confusa serie de controles de capital, una recesión inminente y reservas netas de divisas que JPMorgan fija en -15.300 millones de dólares. "No queda margen para salir adelante con la actual postura de política económica, y el presidente entrante tendrá que dar un giro en la política económica", dijo la economista latinoamericana de Barclays, Pilar Tavella, en una nota del miércoles.
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