El informe, recién salido del horno, del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la perspectiva económica global no tiene nada sorpresivo: prevé un crecimiento del Producto Bruto Mundial del 3,2% en 2022 y del 2,7% en 2023 luego de haber registrado un alza del 6,0% en 2021. La inflación global proyectada para este año es del 8,8%, pero bajaría a 6,5% en 2023 y 4,1% en 2024 gracias a políticas monetarias restrictivas en las principales naciones del mundo que, obviamente, propiciarán una desaceleración económica. Pero el informe contiene dos riesgos potenciales enormes que, en caso de consolidarse, obligarán a replantear todos los escenarios económicos vigentes hasta la fecha.
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