El primer ministro de China, Li Qiang, y docenas de líderes mundiales se reunirán en París el jueves y el viernes para discutir formas de ayudar a los países de bajos ingresos a manejar la carga de su deuda y liberar fondos para el financiamiento climático. Como el acreedor bilateral más grande del mundo, China es fundamental para las conversaciones sobre cómo lograr un progreso tangible en el alivio de la deuda de Zambia, Chad, Etiopía y Ghana a través del "Marco Común" liderado por el Grupo de los 20. China quiere que prestamistas multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial absorban algunas de las pérdidas, a las que se resisten esas instituciones y muchas naciones desarrolladas, en particular Estados Unidos. Los gobiernos de EEUU y Europa han argumentado que acceder a la demanda de Beijing equivaldría a un rescate para China. Un ejemplo de ello es Zambia, que le debe 6.000 millones de dólares a China y ha estado en mora durante casi tres años. El país del sur de África no ha podido obtener más préstamos del FMI porque Beijing insiste en que los prestamistas multilaterales de desarrollo, que generalmente no aceptan recortes, deberían participar en el alivio de la deuda.
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