E l Gobierno decidió que dejaría de lado la idea de tener que ver con el futuro de Vicentin. O al menos eso fue lo que intentó hacer ver. Luego de la mala experiencia que tuvo con la Justicia respecto de este tema, ahora la batalla irá por otro lado. El escenario ya no tendrá como eje central a los Tribunales, sino que la estrategia es la del "ahogo y decantación". La primera parte tiene que ver-según afirmaron fuentes oficiales a El Cronista- con complicarle la vida a la empresa en diferentes frentes. Y la segunda, con que una vez que su situación ya sea inmanejable, no le quede otra opción más que aceptar alguna salida que podría llegar del Gobierno. En caso de que ese ahogo funcione, a Vicentin se le podría complicar incluso salir airoso del concurso que afronta hoy, mientras aspira al ingreso de algún socio.
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