Muchas zonas de Europa experimentaron temperaturas más frías de lo habitual en marzo y abril. Se experimentaron marcados déficits de lluvia en las regiones mediterráneas y en varias partes de Europa occidental y central. No obstante, como todavía es temprano en la campaña, se espera que los impactos negativos en las cosechas anuales hayan sido muy limitados, y solo en unos pocos casos han llevado a una importante revisión a la baja de las previsiones de rendimiento, como en el caso de la colza y el trigo duro en Francia. y varios cultivos en Italia. Sin embargo, los impactos en viñedos y árboles frutales han sido severos.
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