Pedro Sánchez, jefe del gobierno español, acaba de darle, queriendo o sin querer, una clase sobre el Estado de Derecho a Alberto Fernández. Sánchez contestaba una pregunta en clave interna española durante la conferencia de prensa conjunta con el presidente argentino. En esas mismas horas entraba al Congreso de Buenos Aires un proyecto de ley del gobierno de Fernández por el que virtualmente se declara una situación de excepción nacional, que suspende la vigencia de varios artículos de la Constitución. Sánchez dijo textualmente: “Respetamos la seguridad jurídica, las garantías legales. Una ley ordinaria no va a sustituir nunca a la Constitución. Esto es de primer grado de Derecho”. El profesor de Derecho lo miraba a Sánchez, a su lado, mudo y lejano. En Buenos Aires se había abierto un duro debate con sus opositores; estos habían llegado a la conclusión de que ese proyecto inaugura una nueva escalada de autoritarismo en el país.
|