Ese es el tiempo que, según expone Bruno Patino, dura la atención de las generaciones actuales antes de pasar a otra cosa. Un segundo más que la memoria del pez rojo. A partir de ahí el cerebro se desengancha y, para evitarlo, para mantener nuestra atención, las redes sociales, por ejemplo, envían nuevos estímulos, señales, alertas y recomendaciones de manera constante. Esto hace que vayamos de una cosa a otra de forma compulsiva, advierte Patino, licenciado en Ciencias Políticas y presidente del canal Arte desde 2020.
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