Esto ha hecho que, a pesar de que Rusia haya visto una caída en sus ingresos por exportaciones de petróleo y gas, los ingresos del sector energético siguen siendo suficientes como para financiar, entre otras cosas, el esfuerzo militar que representa la invasión a Ucrania. Según datos de la administración general de aduanas de China, las importaciones de crudo ruso - incluyendo el suministro que llega a través del oleoducto Siberia oriental-Océano Pacífico - alcanzaron 8,42 millones de toneladas el mes pasado. Esto representó un incremento del 55% en comparación con el año pasado, alcanzando niveles récord en el mes de mayo. Compañías estatales chinas como Sinopec y Zhenhua Oil han incrementado sus compras de crudo en los últimos meses. Según un reporte publicado la semana pasada por el Centro para la Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), Rusia ha visto un declive sostenido en sus ventas de hidrocarburos desde el comienzo de la imposición de sanciones. Sin embargo, el reporte advierte que Moscú ha encontrado agujeros legales para continuar exportando. Uno de ellos sería el de exportar petróleo a terceros países, como India, para refinarlo, y poder enviar ese producto refinado luego a los países europeos.
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