Incluso las empresas que han intentado salir están teniendo problemas para cortar sus vínculos con el país. Después de que las tropas de Vladimir Putin cruzaron la frontera con Ucrania en febrero de 2022, Coca-Cola Co. fue una de las primeras multinacionales en prometer que abandonaría Rusia en protesta. Con el objetivo de evitar los inevitables dolores de cabeza que supone cumplir con las esperadas sanciones occidentales al Kremlin, Coca-Cola pidió a sus socios allí que retiraran sus latas y botellas de las tiendas, dejaran de entregar jarabe a las fuentes de refrescos y dejaran de producir sus bebidas. Dos años después, el distintivo logo rojo de Coca-Cola todavía es fácil de encontrar en supermercados y restaurantes de todo el país. Y teniendo en cuenta un recién llegado llamado Dobry Cola, vendido en latas con un tinte rojo notablemente familiar y un sabor que pocos serían capaces de distinguir del original, Coca-Cola sigue siendo, según algunas medidas, el principal fabricante de bebidas gaseosas de Rusia.
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