El activismo climático pone en su radar a las auditoras: vota en contra de su reelección si no existe transparencia en la estrategia climática de las empresas que auditan. Ya pasa en Londres. Sarasin Partners, un fondo activista que al cierre de 2021 controlaba más de 21.000 millones de libras en activos (25.000 millones de euros), caldeó la semana pasada la junta de Rio Tinto, una de las mayores mineras del mundo. En su opinión, la compañía anglo-australiana no fue lo suficientemente clara en la divulgación de sus datos climáticos del año pasado. Por ello, aplicó tres votos de castigo contra la empresa y su auditor, KPMG. Ahora, Sarasin, que forma parte de la plataforma Climate Action 100+, repetirá el modelo en la junta de la constructora irlandesa CRH, que también cotiza en Londres y forma parte del FTSE 100.
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