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14/04/2020
Mercado mundial de carnes: la difícil tarea de proyectar en el desconcierto
BCR NEWS - El informe semanal de Rosgan analiza las proyecciones de oferta y demanda mundial de carnes, elaboradas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).

En este último relevamiento convergen varios factores, algunos nuevos y otros aún vigentes, de alto impacto global. Lo cierto es que, lo ocurrido hasta el momento resultó de algún modo mensurable. Los efectos de la peste porcina africana sobre la producción total de cerdos en China y varios países del sudeste asiático, con mayor o menor grado de desvío han logrado cuantificarse. Hay previsiones que hablan de un faltante de carne de cerdo de entre 15 a 20 millones de toneladas.

A partir de allí, es posible construir distintos escenarios de abastecimiento externo y futura recomposición del stock. Similar es el caso de los incendios ocurridos en Australia donde, sumado a la intensa liquidación previa producto de la sequía, se estima que el stock ganadero ha perdido cerca de 2 millones de cabezas, cayendo a su nivel más bajo en 30 años (23,7 millones). Esto también permite proyectar el tiempo que demandará su recomposición y en dicho lapso el faltante de oferta que sufrirá el mercado.

Sin embargo, en la actualidad, apareció un tercer evento de magnitudes aún desconocidas. A diferencia de los otros dos factores, los efectos de la pandemia provocada por el coronavirus trascienden ampliamente cualquier análisis de mercado. Su impacto afecta a la humanidad toda, alterando comportamientos sociales, poniendo en discusión los diferentes sistemas sanitarios, generando profundos cambios en el orden político, en las relaciones de mercado, entre tantas otras consecuencias. En definitiva, grandes cambios de paradigma generaron un terreno de desconcierto sobre el cual resulta extremadamente difícil proyectar.

En este contexto, el USDA ha dado a conocer sus proyecciones y posiblemente éstas aun no reflejen la cabal situación a la que el mundo está expuesta. Como era esperable reduce las previsiones de crecimiento económico para el 2020 anticipando una retracción en la demanda de los consumidores por proteína animal y ajusta levemente la producción mundial de carne, en respuesta a esta menor demanda. En este sentido, espera que los consumidores se vuelquen a fuentes de proteínas menos costosas, ajustando sus patrones de comidas. A su vez, la menor afluencia a restaurantes impactará negativamente en la demanda de carne dada la gran proporción del consumo global que tiene lugar fuera del hogar.

En consecuencia, el pronóstico del comercio mundial de carne es revisado a la baja en un 8% desde su última previsión, pasando de 11,601 millones de toneladas proyectadas en enero a las actuales 10,665 millones de toneladas. En relación al ciclo previo, significa una caída de casi dos puntos, desde los 10,878 millones estimados en 2019.

 

Aproximadamente el 36% del mercado de carne vacuna es abastecido por el Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- para el cual el USDA corrige su proyección de exportaciones a 3,935 millones de toneladas, casi un 8% menos en relación a su informe previo. Dentro del bloque, Argentina revela el mayor recorte (-20%) pasando de una proyección de 840 mil toneladas a 675 mil actuales.

Luego existe un grupo de economías más desarrolladas pero con fuerte incidencia de los recursos naturales como Australia, Canadá y Nueva Zelanda que aportan otro 25% y cuyas proyecciones se ven reducidas en un 4,5% promedio desde enero a la fecha, lo que se atribuye plenamente a los efectos de la pandemia. Vale recordad que para Australia, se espera una retracción interanual de más del 19% en sus exportaciones a 1,4 millones de toneladas, producto de la caída del stock.

Finalmente, aparece Estados Unidos con una participación en el comercio mundial del 13% (1,433 millones) y Europa con apenas el 3% (320 mil toneladas). Siendo actualmente las áreas geográficas más afectadas por la crisis sanitaria, el USDA ajusta sus exportaciones proyectadas en un 11% para EE.UU y en un 4,5% para la Unión Europea, en relación a enero de 2020.

En el caso de la demanda, la última proyección del USDA fue recortada en un 10%, pasando de 9,685 millones de toneladas proyectadas en enero a 8,721 millones actuales mientras que la caída interanual resulta en un 1%, contra los 8,808 millones demandados en 2019.

De acuerdo a su última proyección, el 51% de las importaciones se encuentra impulsada por el sudeste asiático, principalmente China liderando con un 29% de participación mundial, mientras que otro 19% lo tracciona EE.UU y la Unión Europea, con un 15% y 4%, respectivamente. En el caso de UE, desde su anterior cifra publicada en enero, el USDA ha recortado su previsión de importaciones en casi un 13%, llevándola a un mínimo histórico de 310 mil toneladas.

La realidad es que, más allá de los números fríos, el mundo atraviesa una pandemia en la que todos pierden. Una situación pocas veces vista en la que se reciente la demanda pero también se reciente la oferta, al menos de manera transitoria. Las cadenas de suministro no solo de productos sino también de insumos para la producción también se ven afectadas y esto también repercute en el nivel de producción futura. Es decir, hoy la caída del comercio mundial se encuentra condicionada tanto por factores de oferta como de demanda.

Probablemente aquella que más tiempo tarde en recuperarse será la de la demanda. Se trata de hábitos de consumo que deben recomponerse pero también de conductas sociales y cambios culturales que posiblemente terminen instalándose, superada la crisis.

Tal vez lo que pueda llegar a jugar como un factor diferencial es el tiempo de salida de esta crisis o, dicho de otra forma, el punto sobre la curva en el cual se encuentra cada país, fundamentalmente visto desde el lado de la demanda.

Tomando el caso de China, donde el pico de la crisis al parecer ya ha sido superado, vemos que lentamente comienza a recuperar su nivel de actividad y por ende su demanda. En este sentido, Argentina, tanto como Brasil y Uruguay, dada la fuerte penetración que han logrado establecer en este mercado, podrán beneficiarse de esta reactivación. Ello dependerá de cuán eficientes seamos en controlar la situación interna, preservando la actividad económica y asegurando la fluidez de la oferta.

 



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