Las autoridades del Banco Central Europeo están cada vez más en desacuerdo sobre las perspectivas de crecimiento, una división que podría marcar el debate sobre el recorte de tasas durante meses, con algunos temiendo una recesión y otros centrándose en las persistentes presiones inflacionarias, dijeron fuentes cercanas al debate. El BCE redujo los tipos de interés en junio y es casi seguro que los flexibilice de nuevo en septiembre, como respuesta a la desaceleración del crecimiento de los precios. Sin embargo, las decisiones políticas que se tomen más adelante probablemente serán más complicadas, ya que la economía de la zona del euro entra en una situación más precaria, según sugieren las conversaciones con cerca de una docena de fuentes.
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