El lobby parlamentario del "Señor del Tabaco", como lo apodó a Pablo Otero el presidente Javier Milei, logró que el propio Gobierno quite del proyecto original de la Ley Bases todo el capítulo tabacalero que proponía la Casa Rosada para que todas las empresas del sector paguen los mismos impuestos, tal como ocurre en el resto de los países. Con el mantenimiento del esquema vigente en la actualidad, Tabacalera Sarandí, la empresa propiedad de Otero, seguirá pagando menos impuestos que sus competidores, ya que tiene judicializado el pago del impuesto mínimo al cigarrillo, lo que le permitió pasar del 5% de participación en la industria tabacalera argentina, a más del 30% en los últimos seis años.
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